Verdaderos
ejercicios circenses están haciendo los abogados-fiscales incluídos- para no
imputar a Cristina de Borbón en los trapicheos de su marido.
Ejercicios
que por lo demás tanto los periodistas como la clase política aplauden gozosos,
porque el espectáculo les chifla.
Naturalmente
la opinión de la gente normal no cuenta; faltaría más.
Mientras a
Cristina le aplauden su tontería-hay que ser tonto con énfasis para no
enterarse de las cuentas del marido e irse a EEUU sin preguntar al menos a papá
eso de “y porqué nos echáis”-, a Garzón lo expulsan de la judicatura para que no
investigue cosas de este estilo.
País de
jilipollas tenemos (Con jota).
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