Dan ganas de
vomitar. 350 muertos-cifra oficial hasta ahora- en un incendio en una cárcel de
Honduras. Leo acerca de las condiciones infrahumanas de esos centros no de
reclusión, sino de hacinamiento y miseria, y no puedo evitar acordarme del
verso de Vallejo; “sucede que me canso de ser hombre”.
Ha tenido que
pasar una barbaridad de este estilo para que se hable de esas condiciones en
los presidios hondureños.
Si no hubiera
sucedido nadie hubiera levantado la voz para denunciarlo.
Ahora
traficarán los mercaderes de noticias con ese sufrimiento.
Vergüenza y
vómito.
Como siempre. Tiene que pasar una gran tragedia para que se hable de ello. Pero se limitarán a hablar de ello y a lamentarse. Soluciones, pocas.
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